Feliz día del Padre

Ésta es la carta de un hermano a otro en un día cercano al día del padre.

Querido hermano:

Ser papá es una tarea complicada, pero los hijos, a pesar de ser mayores, la hacemos más difícil.

Piensa en esto:

Él nos enseña a sentirnos valiosos e nteligentes, y lo hace tan bien, que después nos creemos mucho más inteligentes que él. Todo lo que tiene nuestro padre es parcialmente nuestro, todo lo que tenemos los hijos es totalmente propio. El papá es para muchos el responsable de todo lo que no funciona en nuestra vida. Él, como tal, nos debe perdonar aun las ofensas más graves. Nosotros, como hijos, lo resentiremos y lo juzgaremos durante años, aun por pequeñeces.

Los hijos podemos opinar con todo el derecho, sobre lo que hace, deja de hacer o debería hacer; pero le exigimos con firmeza que respete nuestra privacidad y autonomía. Es común que tengamos al alcance de la mano la lista de lo que, a nuestro juicio, hizo mal o dejó de hacer por nosotros, pero pocas veces recordamos concretamente todo lo que nos dio, ayudó y benefició.

Con frecuencia le reprochamos no haber expresado su afecto por nosotros, de la manera que esperábamos, y usamos esto como pretexto
para no demostrarle lo que sentimos de una forma que él realmente perciba. (Tiene que ser él el culpable) Los defectos los heredamos de él y las cualidades las tenemos a pesar de él.

Él se quitó el pan de la boca para darnos la mejor educación posible y ahora nos sentimos más refinados que él. Queremos que nuestro padre sea un muy buen abuelo, que esté pendiente de sus nietos pero, eso si... que no se meta con la educación de nuestros hijos. Nos gusta que nuestro padre se sienta agradecido con nosotros porque decidimos, sin consultarle, lo que consideramos mejor para su vida (Que probablemente es lo más conveniente para nosotros).

Agradecidos con papá, en el día del padre, de apuro le compramos una tarjeta barata, un regalo cómodo y lo invitamos a comer nuestra comida favorita. Y en unos cuantos años nos quejaremos de lo desagradecidos y duros que son nuestros hijos con nosotros.

Bueno, sé que todo lo anterior es cierto, pero no en mi caso.
Con cariño,

Tu hermano

P.D.: Por favor no le muestres esta carta a papá.

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